DESDE AQUEL DÍA en el que fuera contratado para formar parte de la alta gerencia de los Milwaukee Brewers a los 30 años, en 2015, David Stearns siempre ha sido muy joven para un puesto de semejante jerarquía. A pesar de ello, nunca ha parecido fuera de lugar; primero, como gerente general de los Brewers. Tampoco ahora, siete meses después de haber asumido la presidencia de operaciones de beisbol de los New York Mets.
Luego de casi ocho años y medio transcurridos desde que asumió su gran oportunidad, hay ocasiones en las cuales la juventud de Stearnsparece salir a relucir con efervescencia, como nunca lo había hecho.
¿Por qué? Se siente emocionados
“Tenía una idea muy buena del sitio en el que me estaba metiendo”, indicó Stearns, conversando en un somnoliento día de marzo en el dugout del complejo de entrenamientos de los Mets en Port St. Lucie, Florida. El sol brillaba, varios hombres pisaban el terreno, equipados con mangueras para mojarlo. Más allá de la barda del outfield, las palmeras se movían con su característico vaivén. Faltaban algunas semanas para que Stearns entrara en el ojo del remolino que le esperaba a más de 1,900 km de distancia subiendo la costa del Atlántico. “Ayuda (el hecho de que) soy de Nueva York y conozco a esta afición. Durante una buena parte de mi vida, formé parte de esta afición”.
Stearns, quien actualmente tiene 39 años, consiguió concretar la versión lúcida de su sueño de niñez, asumiendo el mando del equipo que adoraba cuando se criaba en el Upper East Side de Manhattan. Y está plenamente consciente del elemento de cuento de hadas que enmarca esta transición profesional de alto nivel.
“Mira, ésta es la clase de cosas que nunca ocurren, ¿cierto?”, declaró Stearns a un podcast dedicado a los Mets antes de iniciar la temporada. “Pues, uno no crece siendo seguidor de un equipo y un día, ayudas a gestionarlo. Entonces, reconozco lo ridículo que es todo esto”.